Decorar en blanco y negro es un reto arriesgado que, sin embargo, puede salir muy bien si lo planificas y calculas cada detalle. Darle calidez con las texturas o contrastar bien ambos colores son algunas de las claves que os contaremos en este artículo. ¡Vamos allá!
Elegancia y sobriedad
Popularmente, el color negro se asocia con la elegancia, la sobriedad y la sofisticación. Y la mejor forma de hacerlo destacar y equilibrarse es combinándolo con el blanco. Imagina una casa totalmente blanca o totalmente negra. En ambos casos, la sensación sería de espacio inhabitable. Ni la pulcritud total del blanco sería acogedora, ni un exceso nos haría más elegantes, sino más bien lúgubres.
Como en el equilibrio está la virtud, una buena decoración en blanco y negro hace que los elementos blancos sean un lienzo perfecto para que los elementos negros destaquen por sí mismos.
Juega con los contrastes del blanco y negro
¿Y cuánto negro es suficiente para una habitación? Visualmente, es relativamente sencillo saber cuándo ya no es necesario añadir más elementos negros. También depende de la importancia de los mismos, no depende de la cantidad.
Por ejemplo, no es lo mismo una lámpara negra que una cómoda, ni un marco de fotos que una puerta.
Además, intenta que los toques negros se distribuyan por la habitación, y que no se acumulen en un mismo punto.
La textura de los textiles
El blanco tiene también un toque nostálgico evocado por las películas en blanco y negro, por lo que un buen recurso para darle un poco más de calidez a las salas que no parezca tan “estático”, es utilizar textiles, como cojines con estampados en blanco y negro que sean interesantes o divertidos, o mantas de punto que aporten un elemento más hogareño.
Es importante poner el foco de atención sobre este punto, porque corremos el riesgo de estar centrándonos demasiado en la estética y olvidamos el toque acogedor.
Haz destacar el minimalismo
La simplicidad de usar una paleta de sólo dos colores nos acerca un estilo más minimalista, aunque uses muebles de un corte más clásico. La pureza de las líneas sencillas funciona a la perfección con la combinación de blanco y negro, y si vas a usar líneas curvas o estampados, elige bien dónde ubicarlos para que no acaben resultando abrumador.
Por ejemplo, si vas a utilizar un mueble negro de estilo Luis XIV en una habitación sencilla, va a acampar toda la atención. Sin embargo, si colocas este mueble delante de un papel pintado de rayas blancas y negras, la mezcla va a resultar algo excesiva.
¿Dónde aplicarlos?
Después de marcas estas líneas generales, vamos a ir elementos concretos en los que incluir el negro, ya que en general la base va a ser de color blanco (salvo en algunos casos en los que un elemento sea negro y colocar otros blancos encima), como un sofá de tapicería negra con unos cojines blancos.
Vamos a ver todos los elementos negros que brillarán con luz propia.
Elementos decorativos
El marco de un cuadro, un candelabro, un jarrón… cualquiera de estas piezas en negro acapararán la atención. Distribúyelas para que den esos puntos de sofisticación en diferentes áreas o a diferentes alturas.
Muebles
Un mueble negro es una gran apuesta por este color. Si va a ser, por ejemplo, una mesa o un mueble de recibidor, por ejemplo, intenta no poner otras piezas oscuras sobre él, o parecerá que forman parte de un mismo bloque.
En el caso de unos muebles de cocina, puedes combinar la madera negra con la encimera de mármol blanco.
Estampados
Un estampado en blanco y negro puede ser muy versátil: desde motivos de estilo africano, a motivos geométricos que nos acercan más al art decó. Las alfombras estampadas también son un gran aporte de creatividad, dado su tamaño, así como en mantas de punto, que también pueden intercalar ambos colores.
Lámparas
Una lámpara negra sobre paredes y techos blancos, es capaz de ganar un gran protagonismo e incluso convertirse en el elemento principal de una habitación. Eso sí, no las utilices si en las paredes o techos ya hay color negro, ¡apenas se verían!
Azulejos
Efectivamente, falta hablar sobre los suelos o azulejos de pared, especialmente para la cocina y el baño.
Respecto a los suelos, no te recomendamos usar un parquet negro o muy oscuro, ya que le va a restar mucha luz a la estancia, pero un mármol con vetas grisáceas, una moqueta clara o una madera blanca sí son buenas opciones para sentar las bases de ese lienzo en blanco.
Respecto a los azulejos de pared o suelos, en los suelos se pueden crear cenefas o estampados, tan típico de los cuartos de baño de principios del siglo XX, y en las paredes sí es interesante emplear azulejos negros en una sola pared o en una franja de la misma.
¿Qué te ha parecido este repaso a las claves de la decoración en blanco y negro? ¡Si necesitas hacer realidad tus proyectos en madera, cuentas con el quipo de Fabrilis estudio!