¿Sabes cómo eran los muebles en la Antigua Roma? ¿Cómo se planteaban la decoración de interiores en el Imperio Romano? ¡Vamos a descubrirlo en este artículo!
La inspiración griega en la Antigua Roma
Como en tantos aspectos de su cultura y su desarrollo, los romanos tomaron muchos elementos de Grecia y los integraron en su forma de vida. Lo curioso es que, a su vez, los griegos tomaron bastante inspiración estética de los persas.
Teniendo como base esta inspiración, las domus romanas son un referente en el diseño de interiores por méritos propios. No solo por el mobiliario que crearon, sino por los estilos de distribución de estancias tan típicos de estas viviendas, y por el estilo decorativo tan mediterráneo que asentaron; aún presente en el día de hoy.
Entre los siglos III y I antes de Cristo, el Imperio romano vivió su máximo esplendor, y fue en esta época cuando empezaron a proliferar construcciones llamadas insulae (donde residía la clase media), y las grandes villas decoradas con hermosas pinturas murales, mosaicos y ricos jardines.
¿Cómo se organizaban las domus romanas?
Como posiblemente hayas visto en muchas recreaciones de domus y villas de la Antigua Roma, las habitaciones solían ser amplias. Este factor influía mucho en la distribución. Habitualmente, los espacios se separaban por columnas, y los rincones se aprovechaban para generar pequeños espacios, como un lecho.
Curiosamente, había tres tipos de lecho: uno para dormir (lectus cubicularis), otro destinado al trabajo (lectus lucubratorius), y un tercero dedicado a recostarse durante comidas y cenas (triclinar). Éstos eran más bajos que las camas y su decoración era muy lujosa.
Los lechos solían estar hechos en madera, y si contaban con un revestimiento, éste era de cuero.
3 claves para la decoración en la Antigua Roma
Luminosidad, elegancia y amplitud. Estas eran las tres premisas en las que se basaba la decoración de interiores en la Antigua Roma, tarea que habitualmente recaía sobre la mujer.
Les gustaba rodearse de espacios amplios que transmitieran armonía, y prestaban mucha atención a los exteriores.
La luminosidad era fácil de conseguir gracias a la entrada de luz a través de los patios centrales y a elementos como columnas, arcos y mosaicos que solían contar con tonos blancos, crema o marrón; llevándose el gran toque de color las pinturas murales que decoraban las paredes.
Los mayores toques de elegancia provenían de elementos como pedestales, esculturas y el mensae apparatus, o vajilla fina.
Como ya sabrás, a los romanos, especialmente a los de mayor estatus social, les encantaba celebrar banquetes, y una vajilla fina era una auténtica demostración de poder y buen gusto. Los materiales más habituales eran la cerámica y la madera, y su decoración contaba en especial con influencias helenísticas.
Los materiales más predominantes sin duda eran el mármol y la madera, y respecto a los textiles, los principales colores que se podían encontrar eran el violeta, el dorado el azul y los colores tierra.
Retomando la distribución de las domus romanas, habían varias estancias de vital importancia. Una de ellas era el baño.
Si no has oído hablar de las duchas romanas, te contaremos brevemente en qué consisten. Estas duchas estaban arquitectónicamente diseñadas para poder usarlas sin necesidad de cortina o plato de ducha. Era habitual entrar en ellas bajando unos cuantos escalones, de manera que al caer el agua, ésta no saliera de la zona de baño.
Una de sus ventajas es el espacio abierto que crean al no haber puerta ni cortina que divida el espacio. La decoración con mosaicos y el mármol, por supuesto, estaban fuertemente presentes en esta estancia de la casa.
Otra parte esencial de las domus, en las que se hacía mucha vida social, era el atrium. Se trataba de un patio interior, habitualmente con un estanque o impluvium que recogía el agua de la lluvia.
En la parte trasera de la domus era habitual el peristilum, un patio con jardín que contaba con unos pasillos laterales rodeados de columnas y arcos, muy similares a los que podemos encontrar en los claustros de iglesias y monasterios.
Muebles y objetos imprescindibles en las domus de la Antigua Roma
Espejos y relojes
De todos es sabido que en la Antigua Roma la estética era muy importante, y para el día a día, los espejos eran de uso frecuente en el hogar. Eran habituales los espejos de mano hechos con metal blanco o plata.
Respecto a los relojes, había por un lado relojes solares y relojes de agua (clepsidras, heredados de la cultura griega).
Iluminación y calefacción
Los romanos iluminaban sus hogares durante la noche son antorchas, candelas y lucernas. Por una parte, las candelas consistían en una capa de cera o grasa envuelta en papiro o cáñamo, creando una especie de hacha que portaban los esclavos cuando el amo salía de noche. Las lucernas eran recipientes con un asa y un agujero en el centro donde se metía aceite y una mecha.
De esta manera, podían llevar iluminación portátil mientras caminaban por la domus. También tenían candelabros que servían de soporte para las candelas y las lucernas.
Mensae o mesas
Había una gran variedad, pero cabe destacar los cartibulum, que eran mesas situadas en los atrios meramente decorativas. Las tabula vinaria eran las mesas donde tenían lugar los banquetes; y las mensae lusoriae eran las destinadas a los juegos.
Mención especial merecen los scriptorium, que eran las mesas de trabajo del amo, y se decoraban con figuras, amuletos y candelabros.
Finalmente, pero no menos importante, los tripes eran mesas de tres pies, cuyas patas solían estar talladas con gran detalle.
Eran también muy preciadas las mesas de una pata, o monopodia, introducidas desde Asia Menor.
Sillas y taburetes
Entre los asientos ya podíamos encontrar taburetes sin brazo ni respaldo, grandes sillones y sillas entronizadas, además de los ya mencionados lechos. Por ejemplo, el subsellium era un banco de madera donde niños y esclavos se sentaban durante los banquetes.
La sella corulis era una silla plegable de madera y cuero que podía llegar a contar con una ornamentación detallada.
El caso de la cathedra es curioso, ya que seguramente habrás oído la expresión “sentar cátedra”. Era una silla de respaldo largo y arqueado sin reposabrazos, y se solía usar con cojines.
Finalmente, paterfamilias era un asiento que pasaba de padres a hijos y que presentaba un aspecto entronizado. Estaba decorado con materiales de gran riqueza como el marfil, el bronce o el hueso.
Armarios y consolas
En la antigua roma ya usaban armarios compartimentados en su interior para guardar las vajillas, ropa y alimentos. Además, contaban con cerradura en sus puertas. Las arcas y cofres también eran un habitual recursos de almacenamiento. Por ejemplo, la arcae vestuaria era para guardar ropa, la arcae ferratae hacía las veces de joyero; y los objetos del día a día se guardaban en la arculae.
¿Qué te ha parecido este repaso a la decoración y el mobiliario de la Antigua Roma? Si estás pensando en diseñar tus propios muebles, deseamos que este artículo te haya servido de inspiración y recuerda que para hacerlos realidad puedes contar con fabrilisestudio.com